miércoles, 20 de abril de 2016

Bachaqueo

Bachaqueo, es una palabra venezolana surgida en tiempos recientes,  relacionada a las personas que compran productos a precios regulados (subsidiados) para venderlos a mayor precio, o para exportarlos principalmente a Colombia, donde el diferencial entre las monedas de Venezuela (Bolívar) y Colombia (Pesos) hace la actividad altamente lucrativa para quienes la practican.
El término Bachaco en sí se emplea para identificar una hormiga de la zona (Venezuela), y de forma metafórica para aquellas personas que por pequeños trabajos (colas) logran extraer estos productos regulados, normalmente en grupo (como las hormigas) creando grandes depósitos de estos mismos productos.
Bachaqueo representa la acción de estos sujetos que amparados por las autoridades fronterizas, logran extraer productos regulados en Venezuela, siendo los principales la gasolina, el papel, los pañales y los alimentos, en general, mientras más subsidiado el producto es más alta su probabilidad de formar parte de los objetivos de los bachaqueros.
El bachaqueo en tiempo de crisis y carestía de productos como hoy padece Venezuela, se ha convertido en una de las actividades más productivas (alimentando un mercado negro o paralelo al oficial para estos productos), a pesar de ser previsto como delito en el país, por lo cual su fenómeno no hace otra cosa que crecer, hasta que no cambien las políticas de controles y subsidios que la sostienen y estimulan.



Conozca cómo es el negocio del “bachaqueo”


"Economía delincuencial" surge a falta de abastecimiento y de políticas de control. Escasez de comida aumenta actividades de contrabando de rubros esenciales para familias venezolanas y demuestra que el "Estado no funciona" 
Las familias nada pueden hacer frente al aumento del "bachaqueo" de alimentos. La escasez de rubros básicos esenciales creó el mercado ilegal que genera dobles ingresos a quienes se dedican al contrabando, sean al mayor o menudeo. El precio controlado y la caída de la oferta de productos garantizan la permanencia del negocio, que a todas luces se muestra en la ciudad y en los mesones de buhoneros y en comercios ubicados al pasar la frontera con Colombia.
Mujeres, hombres y adolescentes comercializan con los productos. Son grupos que tienen por oficio comprar los productos en los automercados que venden a precios controlados. Otros, las mafias organizadas en cooperativas fantasma, se abastecen de grandes intermediarios que tienen relación con empresas productoras.
Natalia Sánchez, socióloga, explica que el fenómeno "compra barato y vende caro surge de las políticas económicas que no funcionan. Surgen empresas familiares coyunturales. Una economía delincuencial". Y es que el colectivo, la sociedad, comienza "a buscar culpables. Señala a un tercero por no poder conseguir los alimentos que desea. Hay sensación de malestar, pero cuando la escasez persiste espera del Estado la solución. Y comenzamos a ver lo que pasa, la gente peleándose y otros viviendo del día de día".
La inflación, la falta de producción y los problemas de inseguridad derivan en "distorsiones". Según Sánchez, se prenden las alarmas porque se acumulan "conflictos sociales. Se genera caos. la sociedad empeora". Hay un caldo de cultivo para el "caos" y peligrosamente aumenta la discriminación, que en este caso se asocia a una etnia. La violencia en la compra de alimentos solo se asocia a "catástrofes" y es el Estado el responsable de responder por el bienestar de la población.
El “bachaqueo” no sólo es un problema que apuntala la escasez que tiene su origen en las políticas de “exterminio” de la producción nacional, sino que se ha convertido en el “oficio” de mayor crecimiento en la Venezuela en crisis.

El “bachaqueo” ya es parte del oficio de muchas personas, no sólo indígenas, sin importar su clase social o poder adquisitivo. Ya no sólo bachaquea el pobre, sino que también bachaquea el profesional y el empresario.




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